domingo, 21 de diciembre de 2008

Hay una huella que podemos dejar

A través del océano, fondo e intenso
como el aire que penetra las venas
y refresca el ánima,
estirando las cuerdas del tiempo,
vive el amor.
Reservado, un poco asustadizo,
pero brillante,
que se baña con las gotas de la memoria
derretiendo emociones
calentando la tierra
abrigando todo
como si fuera el chal del mundo.
Es el respiro constante, viviente,
que nos sostiene
y que sostiene el mundo,
que baila
que siente
que nos rodea y abraza
y nos tiña el alma.
Esto es nuestra esperanza
Esto es la huella que podemos dejar.

Debemos dejarla.

Danny Santarsieri

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